NB-IoT maneja la interferencia en entornos de alta densidad mediante técnicas como la gestión de interferencias remotas (RIM) y la gestión de interferencias cruzadas (CLI). Estas técnicas incluyen el uso de periodos de guarda adaptativos para proteger las transmisiones de subida de las interferencias de bajada.

NB-IoT utiliza varios protocolos de seguridad, incluyendo la autenticación basada en SIM, canales de comunicación seguros, y la entrega de datos no IP (NIDD). Estos protocolos aseguran que los datos estén encriptados y protegidos durante su transmisión. 

El consumo de energía en dispositivos NB-IoT se optimiza mediante modos como la Recepción Discontinua Extendida y el Modo de Ahorro de Energía. Estos modos permiten que los dispositivos entren en estados de baja energía durante períodos de inactividad, reduciendo significativamente el consumo de batería.

La integración de NB-IoT en infraestructuras de red existentes puede enfrentar desafíos como la compatibilidad con tecnologías anteriores y la gestión de la capacidad de red. Estos desafíos se abordan mediante la utilización de bandas de frecuencia específicas y la implementación de mejoras en la infraestructura de red para soportar la alta densidad de dispositivos.